Por Juan Tomás Valenzuela
El Viernes Santo, la Iglesia,
puntualizó en su sermón,
que el chantaje y la extorsión
es una postura necia,
de gente que menosprecia
el esfuerzo ciudadano,
de este presidente humano
que lucha contra los males,
mientras las Redes Sociales
critican de modo insano.
Le metió el dedo en los ojos
a abominables señores,
que anda creando rumores
con despreciable despojo.
Gente que ensucia, a su antojo,
las conductas más morales,
utilizando los diales
de radio y televisión,
para atacar, sin razón
como temibles chacales.
Con la industria de mentiras
que operan estos tipejos,
quieren coger de pendejo
a todo aquel que respira.
Personajes que se inspiran
solo en el odio y el caos,
como Juanito el tijnáo,
como Juan de los Palotes,
o Euclides, el galipote
de aquel desastre moráo.
No respetan ni familia,
ni trayectorias, ni nada.
Muchos peor que el tal Cavada,
según se dijo en la homília.
Siempre han de estar en vigilia,
mancillando trayectorias.
Tergiversando la historia
del avance y del progreso,
con ese discurso avieso
que acostumbran las escorias.
Si quieren nombres, amigos,
miren las Redes Sociales,
que aquí todo el mundo sabe
quiénes son esos bandidos.
Gente que busca sonido
a través de la mentira.
Que a lo único que aspira
es a, mediante el chantaje,
financiar el tigueraje
que la ignorancia le inspira.
Juan de los Palotes
3 abril 2021